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La inseguridad, el juicio y el desapego

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La inseguridad es algo que compartimos con la mayoría de las personas; es algo común y a veces puede que esté escondido detrás de un comportamiento diferente o puede que sea inconsciente. El juicio es un síntoma de inseguridad. Como hemos hablado varias veces en este blog, sabemos que la realidad es nuestro espejo y el otro es un vehículo de aprendizaje, nos muestra aquello que no aceptamos y que necesitamos cambiar en nosotros mismos. Entonces si juzgo al otro estoy juzgándome a mí misma, quiere decir que hay cosas que no acepto de mi misma y por lo tanto reflejan mi inseguridad. La inseguridad tiene muchas facetas: si me siento inferior a otra persona me siento insegura; si siento que la sociedad o los amigos o los compañeros no me aceptan es porque soy insegura; si juzgo mucho y no acepto los demás también me siento insegura; si muestro un exagerado ego y siempre quiero estar al centro de la atención es porque estoy insegura; si tengo miedo de fracasar o si tengo necesidad de hacer las cosas perfectas de aparentar perfección en cualquier ámbito de mi vida es porque me siento insegura… etc. La lista es mucho más larga, he dado aquí algunos de los ejemplos más frecuentes.

Si te sientes identificada en una de estas frases, enhorabuena eres una persona normal! Hoy en día incluso pensamos que es un crimen estar inseguros, lo que no se toma en cuenta es que el 99,9% de las personas tienen alguna inseguridad en algún aspecto de su vida. Y eso por qué? Por varios factores determinados por la sociedad en la que vivimos, la historia que llevamos sobre nuestra espalda, la educación de la familia de la escuela y las experiencias de vida. No nos enseñan a amarnos y aceptarnos tal y como somos, y si no nos aceptamos y amamos tal y como somos es lógico que nos sentiremos inseguros, porque la opinión de nosotros mismos responderá a un criterio humano y no «natural». Por natural me refiero a según la naturaleza, que es perfecta y no impone estándares ni objetivos ni triunfos ni fracasos; la naturaleza simplemente es, existe. El hombre ha perdido esta facultad de existir según naturaleza, llevamos siglos respondiendo a unos estándares que van cambiando y transformándose según evoluciona el hombre. Éstos estándares son el fructo de opiniones de unos pocos, pero como somos todos distintos es imposible que todos compartamos esas opiniones, con lo cual las aceptamos como parte de nuestra educación y parte de una mentalidad que se nos enseña desde pequeños. Este tipo de educación ha estado bien hasta hoy en día porque los tiempos coincidían con este tipo de energía colectiva. Pero ahora que estamos en otros tiempos y como bien sabemos la energía colectiva global de la tierra y de la raza humana está transformándose para cumplir su evolución como especie y como conjunto de seres vivos (y entre estos incluyo la tierra misma), ya este tipo de educación es obsoleta y nuestra manera de pensar también.

Si queremos evolucionar como raza humana debemos abandonar estos antiguos esquemas y volver a nuestras raíces que residen en la madre tierra, en la naturaleza. La naturaleza no entiende de juicios como ya hemos dicho, es tiempo ya de abandonar todo aquello que nos hace sufrir para poder florecer en total libertad. La inseguridad, el juicio y el apego nos hacen sufrir y además están íntimamente ligados. Si dejo de juzgar a los demás y a mí misma adquiero seguridad y me desapego del dolorAprendo a aceptar la realidad tal y como es. La frustración de querer cambiar ciertas cosas que no puedo cambiar, la búsqueda de la perfección, la búsqueda de la aceptación en los demás representan el apego, porque si no los tengo sufro. Mi felicidad no puede depender de estas cosas, recordemos siempre que la felicidad es un estado de conciencia, es una toma de decisión, es una actitud, no es el resultado de que todo me vaya bien en la vida; «bien» ya de por sí es un juicio y es relativo a mi propio juicio, así que «bien» para quien? En cambio sí que hay que construir la vida que deseamos según nuestras propias necesidades y gustos, pero desde la felicidad y no para conseguir la felicidad. Así que tenemos que intentar alejarnos de la inseguridad, del juicio y del apego para poder disfrutar al máximo de la vida y dejar de encasillarnos en esquemas mentales que responden a esos estándares sociales. Éstos tres aspectos del ser humano parecen a veces como demonios que hay que destruir y los vemos imposibles de derrotar. Pero para mi, la vida no tiene que ser una lucha, no tenemos que derrotar a nadie, la mejor manera de dejar que evolucionemos de una forma natural sin ninguna lucha ni frustración es aceptar.

La aceptación es el primer paso hacia el desapego. Todo aquello que nos da miedo, que no nos gusta y que criticamos o juzgamos, todo aquello del que nos escapamos por alguna razón, no lo estamos aceptando, y esto hace que tengamos resistencia en eliminarlo de nuestra vida. Cuando se acepta la realidad tal y como es, no se juzga. La realidad es, no es ni buena ni mala, bueno y malo son palabras que definen un juicio, un estado subjetivo de la realidad, que puede diferir mucho de persona persona, lo que es bueno para mí puede no ser bueno para ti. Pero si aceptamos que la realidad es y ya está, ya estamos eliminando el juicio. En lugar de criticar o juzgar puedes intentar transformar aquella realidad que no te está gustando: por ejemplo no me gusta mi trabajo, mi jefe me trata mal porque es un amargado; en este caso es algo que depende de ti porque tú eliges tu trabajo, así que puedes ponerte en marcha para buscar otro trabajo, trabajando muy atentamente tus creencias limitantes que te hacen pensar que es difícil encontrar otro trabajo. Pero si no puedes cambiar tu realidad como por ejemplo intentar cambiar una persona, lo cual no está en nuestro poder, ni es nuestro deber, la mejor forma de no frustrarse es aceptar que esta persona es como es y tiene todo el derecho de ser así. La aceptación nos lleva al desapego respecto al sufrimiento y la frustración. No lo hagas porque te lo digo yo, hazlo si quieres entrar en profundidad de ti misma, si quieres hacer introspección si quieres evolucionar y liberarte de la jaula del juicio y de los esquemas mentales rígidos que no nos dejan disfrutar de la vida en toda su plenitud. La vida está para disfrutarla, no para limitarla. Y no tengas miedo a cambiar estos esquemas porque recuerda como hablo en el artículo sobre la auto sabotaje y la zona de confort todo lo más maravilloso está al otro lado del miedo.

𝐋𝐨𝐫𝐞𝐧𝐚 𝐆𝐢𝐨𝐜𝐚𝐬𝐭𝐚 • 𝐄𝐧𝐞𝐫𝐠𝐢́𝐚 𝐲 𝐞𝐦𝐨𝐜𝐢𝐨́𝐧

𝐓𝐞𝐫𝐚𝐩𝐞𝐮𝐭𝐚 𝐲 𝐟𝐨𝐫𝐦𝐚𝐝𝐨𝐫𝐚 𝐞𝐧 𝐑𝐞𝐢𝐤𝐢, 𝐞𝐧 𝐟𝐥𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐁𝐚𝐜𝐡 𝐲 𝐨𝐭𝐫𝐚𝐬 𝐭𝐞𝐫𝐚𝐩𝐢𝐚𝐬 

𝐌𝐚𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐑𝐞𝐢𝐤𝐢 𝐜𝐨𝐧𝐯𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝𝐚 𝐩𝐨𝐫 𝐥𝐚 𝐅𝐞𝐝𝐞𝐫𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐄𝐬𝐩𝐚𝐧̃𝐨𝐥𝐚 𝐝𝐞 𝐑𝐞𝐢𝐤𝐢

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