Somos energía, esto ya lo tenemos asumido todos nosotros que empezamos a ser conscientes de lo que somos, de cómo funciona la realidad física, la conciencia y el campo cuántico. Como seres humanos estamos hechos de un cuerpo energético, de un cuerpo físico y de la conciencia, en el cual podríamos colocar el campo psicológico y emocional. Nuestro cuerpo energético se compone de centros y canales energéticos, con diferentes capas de diferentes frecuencias vibratorias. Todos ellos son extremadamente sensibles a cualquier influencia por parte de otros cuerpos, no solo humanos sino también todo aquello que nos rodea, todo aquello que forma parte de nuestro entorno, nuestro ambiente, nuestra realidad. Todo lo que nos influencia a nivel energético, y obviamente en consecuencia a nivel físico, psicológico y emocional, modifica y transforma la vibración energética de nuestro cuerpo. Lo mismo ocurre al revés, es decir que toda la energía que generamos, emitimos y transformamos también influye en nuestro entorno, así como en otras personas, animales y lugares. De esta manera con nuestra propia emisión energética podemos transformar la vibración de una habitación por ejemplo, o afectar a otra persona con nuestra energía, contagiándola con la misma vibración.
La energía es muy sensible a estos cambios y todos nosotros estamos constantemente sujetos a ellos, durante todo el día nuestra energía cambia innumerables veces debido a muchísimos factores. En este caso nos vamos a ocupar del factor psicológico-emocional. Que sucede en nuestra energía cuando generamos una emoción o un pensamiento? Cuando producimos un pensamiento estamos generando una onda energética con una específica vibración, que incluso se podría medir con las herramientas específicas. La frecuencia vibratoria de esta onda depende de la entidad del pensamiento: un pensamiento negativo siempre tiene una frecuencia vibratoria muy baja, así como un pensamiento positivo tiene una frecuencia alta. Por ejemplo las preocupaciones, los miedos, las dudas, la envidia y todos aquellos pensamientos que nos generan malestar y que tienen naturaleza negativa tienen una vibración muy maja. Cuando emitimos este tipo de pensamientos estamos generando una onda energética de vibración muy baja. Esta onda se expande a través de la energía del ambiente y va a transformar la vibración de todo aquello que encuentra a su alrededor en el rayo que llega a alcanzar alrededor de la persona. Se han hecho muchísimos estudios científicos sobre este tema y hay documentación de varios estudiosos. Un libro muy interesante sobre este tema que explica estos resultados y estos experimentos es «El experimento de la intención» de Lynne McTaggart. Un ensayo bastante sencillo para los que no somos científicos, con un lenguaje muy comprensible. En su libro Mc Taggart explica cómo se ha demostrado científicamente que los pensamientos afectan a la realidad física. Cuando se dice que la mente es poderosa, se refiere a este poder de transformar la realidad física a través de la energía. Al fin y al cabo la materia no es nada más que luz densificada y ya sabemos que la luz es energía en estado puro, así que podríamos decir que la materia es la energía universal o divina en tercera dimensión, en su forma más terrenal, física y densa. Nuestra energía y la energía que emitimos al generar pensamientos y emociones es mucho más sutil que la misma energía de la materia, también por eso es tan poderosa.
También hay muchos estudios científicos sobre el efecto de las terapias naturales en la energía del cuerpo humano y en su salud física. El profesor Livio Vinardi doctor en física, ingeniero en electrónica y docente en universidades de Argentina y EEUU, fue uno de los pioneros en la investigación del cuerpo energético humano a través de una exploración científica. Inventor de la Biopsicoenergética, técnica que utilizo para el trabajo de sanación energética con mi Método Crev en Anamaya Espacio conciente, vinardi construyó diferentes aparatos para la medición del cuerpo energético humano y para su tratamiento terapéutico de sanación, comprobando la efectividad de dichas técnicas y la importancia de mantener en salud los cuerpos sutiles del ser humano.
Dicho esto, volvemos hablar de los pensamientos y las emociones. Entendido que estos conllevan una onda energética con frecuencia vibratoria propia que influye en el ambiente y en el entorno, podemos fácilmente comprender la importancia que tiene en nuestra vida y en nuestra propia personal experiencia. Pensamiento y emoción están íntimamente conectados porque uno genera el otro y viceversa. Cuando pienso en la pérdida de un ser querido automáticamente se manifiesta en mi una emoción de tristeza, de melancolía, o de rabia y depresión. Lo mismo pasa si estoy sufriendo un momento o un periodo de tristeza o depresión, mis pensamientos tendrán la misma naturaleza, entonces puede que piense que todo me va mal, que estoy sola en el mundo, que no voy a salir de esta situación, etc. Te habrás dado cuenta muchas veces de que si pasas tiempo con una persona triste acaba contagiándote y pegándote su tristeza, de la misma forma cuando pasas tiempo con una persona muy alegre y feliz acaba contagiándote su felicidad. Eso es porque su campo energético está tocando el tuyo y lo está transformando con su frecuencia vibratoria, así como puedes influenciar tu el suyo. Pero de qué manera pueden transformar mi vida el pensamiento, la palabra y la emoción? Si todo mi entorno responde al tipo de energía que yo emito, la energía que viene a mi tendrá la misma vibración de la que yo emitido. Si quiero buena vibración tengo que ser la primera en producirla. Si quieres recoger peras siembra perales! A menudo estamos en una vibración de carencia y de necesidad, cuando nos falta algo porque lo necesitamos no hacemos nada más que pensar en que no lo tenemos y lo queremos. Pero este pensamiento refleja carencia, refleja una falta, nos estamos concentrando en la ausencia de aquello que deseamos. Por eso no llega. La naturaleza es abundante por sí misma y multiplica cualquier emisión energética que nosotros enviemos. Si enviamos carencia la naturaleza nos la devuelve multiplicado, de la misma manera si enviamos pensamientos de abundancia, serenidad, felicidad, la naturaleza nos la devuelve con abundancia. La palabra, la forma de expresarse es muy importante y es íntimamente conectada con el pensamiento, así que experimentamos el mismo el proceso energético que con los pensamientos. Cuando se habla de pensamiento positivo no estamos hablando solo de una actitud positiva frente a la vida, o de una filosofía de que hay que ser felices a toda costa y todo es bonito y maravilloso, si no que estamos hablando de algo científico y que se manifiesta a nivel físico y material, aunque no lo podamos ver. Si queremos cambiar nuestra realidad trabajando el pensamiento, la palabra y la emoción tenemos que ser conscientes de que éste es un proceso que requiere su tiempo, paciencia, y toma de conciencia. Todos nosotros podemos hacerlo, pero es muy importante mantener la mente abierta, estar preparados para salir de nuestra zona de confort y dejar a un lado el sufrimiento.
A veces en consulta me encuentro con casos de personas que intentan acercarse a la transformación de su propio pensamiento y palabra, pero que sin embargo dicen no conseguirlo. En estos casos investigando, lo que me encuentro es una actitud «engañosa» hacia ellos mismos, es decir está el deseo de estar bien pero no la intención, con lo cual en la superficie intentan tener pensamiento positivo pero su inconciente no actúa de la misma manera. Y esto por qué? Porque íntimamente en su inconciente todavía no han decidido dar ese paso, no están listos para abandonar el sufrimiento y elegir su propia felicidad. Es algo muy común y muy frecuente porque este proceso y esta elección necesitan de una gran fuerza de voluntad, valentía y constancia. Se trata de prioridades: pregúntate cuál es la prioridad en tu vida? Qué es lo más importante para ti? Colocarías tu propia felicidad por encima de cualquier otra cosa, incluso por encima de tus propios hijos? Respuesta difícil verdad? A veces contestamos que sí pero nuestro inconciente aún no está preparado para ello. No te preocupes, es totalmente natural y sobre todo es muy humano! En ello estamos: todos estamos en un proceso de crecimiento, aprendizaje y evolución como seres humanos y esta evolución incluye este pasaje, esta decisión de ser felices, que cada uno toma en el momento más adecuado para él o ella.
Mi invitación para todos aquellos que quieren hacer este viaje de transformación es practicar, utilizar todas las herramientas posibles para ello, y sobre todo experimentar en su propia piel los resultados y los efectos que puede obtener. Todo ello con muchísima aceptación, amor, paciencia y constancia. Todos somos capaces de hacerlo, solo tienes que elegir tu felicidad.
Te invito a leer la entrada de este mismo blog con El momento presente y la ansiedad donde explico una técnica muy fácil para poder vivir el momento presente y callar la mente de todos los pensamientos negativos y las preocupaciones. Puede ser un buen punto de partida para entrenar tu mente a ser positiva. Yo soy testigo cada día de como éstas técnicas son efectivas para las personas que vienen a mi consulta o que viven en mi entorno, confirmándome una vez más que éste es el camino hacia el bienestar total del ser humano.
𝐋𝐨𝐫𝐞𝐧𝐚 𝐆𝐢𝐨𝐜𝐚𝐬𝐭𝐚 • 𝐄𝐧𝐞𝐫𝐠𝐢́𝐚 𝐲 𝐞𝐦𝐨𝐜𝐢𝐨́𝐧
𝐓𝐞𝐫𝐚𝐩𝐞𝐮𝐭𝐚 𝐲 𝐟𝐨𝐫𝐦𝐚𝐝𝐨𝐫𝐚 𝐞𝐧 𝐑𝐞𝐢𝐤𝐢, 𝐞𝐧 𝐟𝐥𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐁𝐚𝐜𝐡 𝐲 𝐨𝐭𝐫𝐚𝐬 𝐭𝐞𝐫𝐚𝐩𝐢𝐚𝐬
𝐌𝐚𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐑𝐞𝐢𝐤𝐢 𝐜𝐨𝐧𝐯𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝𝐚 𝐩𝐨𝐫 𝐥𝐚 𝐅𝐞𝐝𝐞𝐫𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐄𝐬𝐩𝐚𝐧̃𝐨𝐥𝐚 𝐝𝐞 𝐑𝐞𝐢𝐤𝐢
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