– Soy demasiado vieja para que me contraten en este trabajo!
– Separada y con dos niños…quien va a querer estar conmigo?
– Nunca voy a poder irme a Brasil…estos viajes son para ricos!
– Con 50 años volver a estudiar? Si hombre!
– Después de 30 años de matrimonio es normal no tener sexo con tu marido!
Cuantas veces he escuchado frases como estas y muchas otras que remarcan con fuerza un deseo frenado, frustrado, obstaculizado, impedido de alguna manera. Y que queda detrás de esta imposibilidad, que queda detrás de esta quimera…este deseo incumplido? Desilusión, amargura, tristeza, resignación. Esto es lo que queda cada vez que decimos cosas como: si pero yo no puedo, la vida es así, estas cosas no pasan, ya es demasiado tarde, no soy lo bastante buena, etc. Pero porque muchos de nosotros tenemos la tendencia a ver las cosas así, a ver siempre el vaso medio vacío (e incluso a negarlo a veces), a responder con frases hechas, con frases oídas a los demás, que en el mismo momento en que las decimos ya nos llenan de amargura?
Muchas veces la responsable es una educación con tendencia a la protección. La educación la hace la familia, tanto como la escuela y la sociedad con la cual entramos en contacto desde que tenemos edad para socializar con otros seres humanos. Todo contacto humano desde la primera infancia contribuye a formar nuestra personalidad, carácter y mentalidad. Cualquier estimulo deja una marca en nosotros y ayudará a determinar que tipo de persona seremos. Obviamente la que más huella deja es la familia. En muchas ocasiones el instinto de protección (dictado por los miedos) lleva los familiares, sobre todo los padres, a educar el niño a protegerse, evitando situaciones que nos pueden llevar a territorios desconocidos y por lo tanto «peligrosos». Que quiere decir esto? Nos referimos nada más ni nada menos que al popular dicho «Mejor lo malo conocido, que lo bueno por conocer». Te has parado alguna vez a pensar la importante carga energética y la cantidad de miedo que esconde esta frase? En otras palabras hablamos de nuestra querida «zona de confort» que se transmite de generación en generación. A lo largo de nuestra vida construimos un «territorio mental» hecho de creencias, convicciones y certezas que hemos ido consolidando a partir de las experiencias y educación, como decíamos antes, en el cual nos sentimos totalmente cómodos. Es un territorio que conocemos muy bien, llevamos toda la vida en él, conocemos cada rincón, cada esquina. Pero lo que ignoramos es que hemos ido construyendo una valla alrededor, que nos impide explorar lo que hay al exterior, lo que no conocemos. Como no lo conocemos, cuando lo miramos nos invade la incertidumbre y con ella un miedo tremendo….que habrá allí???
Este miedo, esta incertidumbre son totalmente normales, el ser humano tiene miedo a lo desconocido. No pasa nada. Te doy una noticia: se puede superar! Para empezar piensa que todo lo que está más allá de nuestra zona de confort, no lo estamos experimentando, con lo cual no lo vivimos, nos excluimos de esta experiencia. La infinidad de posibilidades que hay allí… nada…no existen para nosotros que no vamos allí. Lo que podría ser no será, para los que no vamos más allá. Cada ocasión perdida es una experiencia no vivida. Podríamos decir que más allá de la zona de confort está el resto de la vida?!
Entonces que pasa cuando decimos – soy demasiado vieja para este trabajo, no me van a contratar!- ? Lo que hacemos es colocar este trabajo, que igual deseamos pero nos lo negamos a nosotras mismas, más allá de esta maldita valla que hemos construido con tanto cariño y esfuerzo! Junto con las mil millones de otras cosas que podríamos vivir. Al decir no puedo cerramos esta puerta y con ella lo que hay detrás.
Pero entonces, te podrías preguntar, si yo quiero una vida mejor, diferente, porque me cierro puertas? A mi me gustaría tener este trabajo aunque no creo que me vayan a coger nunca.
Porque en cada uno de nosotros hay un gran saboteador plantado en la puerta de nuestra valla mental, que decide cuando podemos salir y cuando no! Está vestido de miedo e inseguridad y disfruta viéndonos con nuestra amargura! Lo que hay que hacer es enfrentarse a éste señor y decirle – Oiga usted, se puede apartar por favor, que tengo que vivir!?!?! –
Superar el miedo a salir de la zona de confort y abrirnos las puertas a otras oportunidades que podrían llevarnos a un cambio positivo en nuestra vida, es totalmente posible! Solo hace falta la voluntad. Cuando hay voluntad se te presentan todas las herramientas del mundo para poder hacerlo. Porque cada uno necesita su manera, su forma de superar este miedo. Hay muchas herramientas, también en el campo de la terapia, muchas maneras de abrir estas puertas. Pero recuerda: el primer paso para salir es entrar! Si quieres abrirte a lo que hay afuera, tienes que entrar adentro de ti para trabajar estos miedos y romper barreras! Hay que entrar en esta valla y apartar al guardián de la puerta! El no te hará daño, no te atacará, solo intentará disuadirte, intentará que te quedes. Pero con amabilidad y astucia podrás apartarle, explicándole que necesita viajar afuera, que ya conoces de memoria la valla y ya te has aburrido, que de vez en cuando volverás y le traerás un montón de regalos de tus viajes maravillosos. Y entonces abrirá la puerta y te dejará marchar, observando como empiezas tu viaje hacia la vida plena, orgulloso de cómo has crecido.
Buen viaje!
𝐋𝐨𝐫𝐞𝐧𝐚 𝐆𝐢𝐨𝐜𝐚𝐬𝐭𝐚 • 𝐄𝐧𝐞𝐫𝐠𝐢́𝐚 𝐲 𝐞𝐦𝐨𝐜𝐢𝐨́𝐧
𝐓𝐞𝐫𝐚𝐩𝐞𝐮𝐭𝐚 𝐲 𝐟𝐨𝐫𝐦𝐚𝐝𝐨𝐫𝐚 𝐞𝐧 𝐑𝐞𝐢𝐤𝐢, 𝐞𝐧 𝐟𝐥𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐁𝐚𝐜𝐡 𝐲 𝐨𝐭𝐫𝐚𝐬 𝐭𝐞𝐫𝐚𝐩𝐢𝐚𝐬
𝐌𝐚𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐑𝐞𝐢𝐤𝐢 𝐜𝐨𝐧𝐯𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝𝐚 𝐩𝐨𝐫 𝐥𝐚 𝐅𝐞𝐝𝐞𝐫𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐄𝐬𝐩𝐚𝐧̃𝐨𝐥𝐚 𝐝𝐞 𝐑𝐞𝐢𝐤𝐢
Mis articulos
Mis cursos
También te puede interesar
- Biblioteca de recursos gratuitos
- Taller empodérate con amor
- Floreciendo-te
- Método Crev
- Taller de meditación online
- Terapias energéticas y emocionales
- Cursos online
- Cómo dejar de obsesionarse con las cosas y relajar la mente
- ¿Porqué necesitamos controlar?
- ¿Culpa o responsabilidad?
- Transformar el pensamiento negativo
- Como despertar la fuerza interior
- El autosabotaje y la zona de confort
- El rol de víctima