Reiki es un término japonés para designar la energía de vida universal. “Rei” denota algo misterioso y sagrado, el espíritu universal y trascendental; “ki” se usa para denominar la energía vital del universo. Reiki puede entonces definirse como un sistema de canalización de la energía cósmica que está detrás de toda la vida. Esta energía de vida universal ha sido llamada de diferentes maneras en cada cultura: Ki en Japón, Chi en China, Prana en India, Ruach en Hebreo, Luz para los cristianos, Baraka para los Sufís, Maná para los Kahuna, Ka para los egipcios, Orenda para los Indios Iroqueses, éter o bioenergía para los científicos, etc. El Chi es una sustancia energética omnipresente en el universo que tiene propiedades nutritivas, poseyendo también la conciencia de la reorganización celular, de forma que aporta a las estructuras atómicas y moleculares una tendencia hacia la reorganización y la armonía.

El Reiki como terapia es un sistema de sanación, auto sanación y reequilibrado bioenergético mediante la transmisión de la Energía Universal curativa a través de la imposición de manos. Cuando el organismo está desequilibrado vibra a una frecuencia inarmónica y anómala, que impide el desarrollo normal de las funciones celulares y el funcionamiento general del sistema. La energía Reiki armoniza y reequilibra el flujo energético en el cuerpo físico y sutil, actuando simultáneamente a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Se trabaja directamente con el campo energético del paciente, canalizando hacia sus cuerpos sutiles y su Yo Superior la energía sanadora del amor, restaurando y armonizando su sistema y mostrándole la vía hacia la salud, la alegría, la integración y el amor.